viernes, 19 de agosto de 2011

EUROCRISIS: FASE DOS, AHORA LOS BANCOS

La crisis de 2008 tuvo su orígen en las hipotecas subprime, por lo que al estallar la burbuja inmobiliaria estos valores se convirtieron en activos tóxicos para los bancos, desatando una ola de desconfianza que, debido a los vasos comunicintes del sistema financiero internacional, se propagó por todo el mundo, si bien los bancos norteamericanos llevaron la peor parte.

Luego de la fuerte depuración operada en Estados Unidos debido a quiebras, fusiones y liquidaciones, y del apoyo recibido por parte del gobierno, las principales entidades financieras que subsistieron a la crisis se recapitalizaron emitiendo acciones, con lo que devolvieron los fondos al gobierno, a la par que las autoridades monetarias a través de las llamadas pruebas de resistencia financiera llegaron a la conclusión que por lo menos las más grandes habían superado la descapitalización provocada por los quebrantos emergenets de la crisis, a partir de lo cual  volvieron a su operatoria normal de intermediación entre los ahorristas y los tomadores  de préstamos.

Por el contrario, como dijimos tiempo atrás, si bien la Autoridad Bancaria Europea (ABE) también sometió a los principales bancos a pruebas similares a las norteamericanas, las exigencias de las mismas fueron notoriamente inferiores, por lo que no soprendió que la conclusión a la que se arribó fue que la mayoría estaba adecuadamente capitalizada.

Pese a ello, o mejor dicho debido a ello el mercado entendió ello era poco creíble, de ahí que ningún banco europeo importante emitió acciones desde 2008 y el único que lo intentó hace poco, el español Banco Santander, debió desisitir, alegando la desfavorables situación de los mercados debido  la eurocrisis, algo queparece poco ceíble ya que era conocido cuando anunció su salida a bolsa.

En suma, si los bancos europeos ya venían debilitados por su exposición a las hipotecas tóxicas, y se desconfiaba de su solvencia -pese a la manifestación en contrario del ABE- la profundización de la eurocrisis, con sospechas extendidas ahora sobre la solvencia de España, Italia e incluso Francia, no hizo más que agregar leña al fuego.

En este escenario, no pueden sorprender entonces las fuertes caídas que han venido experimentando en los úlitmos tiempos la cortización de las acciones de los principales bancos europeos -el francés Societe Generale perdió casi el 50% de su valor desde comienzos de año- , lo que se agravó ayer al tomarse conocimiento que uno de ellos había requerido asistencia del Banco Central Europeo por U$S 500 millones, el mayor monto desde la crisis de 2008.
Como tampoco la suba del precio del oro, tradicional refugio contra la inflación, que no se advierte en  este escenario, sino más bien el contrario, el de una recesión, pero que ahora sería preferido por algunos bancos centrales como el chino, para evitar el impacto que una caída del euro podría tener sobre el valor de sus reservas internacionales en dicha moneda.

Debido al carácter transmisor que los bancos tienen en la economía y a los vasos comunicantes del sistema fiananciero internacional, como se vio en la crisis de 2008, el hecho que la eurocrisis se haya trasladado ahora de los países sobre endudados a los bancos de la eurozona, debido a sus tenencias de bonos soberanos de los mismos, señala un agravamiento de aquella, por cuanto diseminará sus consecuencias  ya no solo en Europa, sino por toda la economia mundial, por lo que el fantasma de la temida doble recesión o W, que  se creia aventado a principios de 2011, parecería estar ahora  peligrosamente cerca.-



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