sábado, 3 de septiembre de 2011

BEIJING: EL CIELO, LA TIERRA, MÁS MURALLAS Y EL EMPERADOR

El Templo del Cielo, ubicado dentro del parque Tiantan Gongyuan, en medio de milenarios pinos, está ubicado al sur de la Ciudad Prohibida.

Dedicado durante las dos últimas dinastías Ming (1368-1644) y Quing (1644-1911) a las ceremonias imperiales de oración y a ofrendas de sacrificio a los Dioses del Cielo y de la Tierra, era el sitio específico para las rogativas imperiales para las buenas cosechas.

Con 2.7 millones de m2 de superficie, es el mayor en su tipo existente en China, y tres veces más grande que el Palacio Imperial, lo que denota que el ocupante de este último, al que se llamaba "Hijo del Cielo" no se atrevía sin embargo a contar con una morada superior a la de su "padre".

Todo el conjunto está rodeado por dos murallas, una interna, y otra externa, que dividen precisamente al conjunto en dos zonas una interior y otra exterior y pone de manifiesto la relación entre la tierra (yin) y el cielo (yang), núcleo de la cosmología china y la función de los emperadores y su corte con esta relación.

Antes que un edificio, el Templo del Cielo es un magnífico conjunto de construcciones ceremoniales. 

El ritual imperial comenzaba el día anterior a la visita al Templo, con un ayuno durante la noche. A la mañana el emperador abandonaba la Ciudad Prohibida en dirección al Templo, acompañado por un cortejo de príncipes, soldados, músicos y elefantes. A su paso, todas las puertas y ventanas de la ciudad debían estar cerradas.

Una vez arribado, iba al Palacio de la Abstinencia. Al día siguiente iba al Altar Circular, con tres terrazas de mármol, que de abajo hacia arriba representan el infierno, el mundo mortal y el cielo. 
Aquí nuevamente el nueve -número imperial- aparece como infinito, remarcando el carácter supremo del cielo, también hay 9 círculos de losa en cada piso, o sea 27 en total, en cada círculo la suma de losas es siempre un múltiplo de 9, de modo que en el primer círculo hay 9 losas, 18 en el segundo, 27 en el tercero hasta llegar al último de 91 losas. De este modo el total de losas del altar es de 3.042 en forma de abanico. También son nueve los escalones de cada tramo de la escalera que conduce al altar. En el centro del Altar Circular se situaba el Trono del Cielo, considerado en la China imperial como el centro de la tierra.
En la terraza superior se ve una losa redonda, popularmente conocida como “Corazón del Cielo". Si uno la golpea o habla en
Allí, durante el solsticio de invierno, el emperador realizaba el "Rito de las cuatro periferias", por las que entregaba al Supremo Señor del Augusto Cielo ofrendas de jade, seda e incienso. Los chinos creían que el destino del país dependía de esta ceremonia.

Desde allí, por un camino de piedra y ladrillo de más de 350 metros de largo llegaba al  Templo de la Plegria por la Buena Cosecha, impresionante edificio circular de 33 metros de altura y 24, 2 metros de diámetro, basado sobre tres niveles de plataformas de mármol de seis metros de altura, con tres escaleras de, otra vez, nueve escalones cada una y con un tejado azul que decrece de abajo hacia arriba coronado por una bola dorada. Antes de 1752 los tres niveles de tejas estaban coloreados de arriba hacia abajo de azul (cielo) amarillo (color imperial) y verde (el pueblo).
Está construído totalmente en madera sin clavos ni vigas.  En el interior, maravillosamente decorado, 28 columnas dispuestas en dos círculos concéntricos, sostienen el techo, representando las 4 mayores a las estaciones.
Aquí el emperdor realizaba otro de los ritos más importantes: el de "la Buena Cosecha", imprecación a la divinidad para que conceda el sol y la lluvia, necesarios para que los cultivos aseguraran la bonanza de la nación. Era practicado durante el equinoccio de primavera.
En 1889 un rayo lo redujo a cenizas, y el aroma a sándalo -la madera que predominaba en su construcción- se diseminó por varios kilómetros a la redonda, siendo reconstruído al año siguiente.
Tres edificios más, opuestos al templo y dentro del mismo recinto amurallado, completan el magnífico conjunto arquitectónico.

Y por último, está la Bóveda Imperial del Cielo, edificio circular, parecido al Templo de la Plegaria por la Buena Cosecha, pero más pequeño y con un solo nivel de tejado , donde los emperadores rendían homenaje a sus antepasados.

En la actualidad, además de los turistas que visitan los monumentos -Patrimonio de la Humanidad- en el parque se concentran diariamente jóvenes y ancianos de la ciudad para practicar  Tai_chi_chuan, bailar, cantar ópera china, remontar barriletes o simplemente pasear o reposar en su distendida atmósfera.-

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