viernes, 29 de julio de 2011

CHINOISERIES

¿Hay corrupción en China?
Si la hay. Días atrás, dos ex vice alcaldes fueron ejecutados (China Daily del 20 de julio) y el tema ocupa el primer lugar de la lista de intereses de los netizen (China Daily del 13 de julio).

¿Hay burbuja inmobiliaria?
Si la hay. Muchas obras se encuentran paralizadas -entre ellas la que sería la más alta del mundo, la Shangai Center Tower que superaría los 600 metros de altura- , otras, en avanzado estado, permiten observar un mínimo trabajo en ellas y finalmente hay muchas terminadas y puestas a la venta, sin ocupación. Los precios de las viviendas residenciales subieron en 130 ciudades relevadas un 13% con relación a un año atrás. El mercado para este segmento se ha enfriado, y se esperan caídas en los precios. Por tal motivo, los desarolladores estarían migrando a construcciones comerciales y vinculadas con el creciente turismo. (China Daily del 19 de julio)

¿Ha influído en este panorama del sector inmobiliario el ingreso de "dinero caliente" y la expansión del crédito?
Así parece: las reservas se incrementaron un 33% con respecto a 2009 y los créditos crecieron un 14% con respecto a un año atrás (China Daily del 13 de julio) mientras que la tasa de inflación se sitúa alrededor del 5-6% anual, con tendencia creciente.

¿Creen los chinos en los índices oficiales de precios?
No, no creen. Señalan el alto incremento que tuvieron algunos alimentos y el combustible, que exceden largamente los mismos. Sin embargo, la inflación no figura en la lista de intereses mencionada al comienzo del presente.

¿Hay pobres en China?
Si los hay y también ricos. Hay cartoneros, algunos incluso trabajan dentro de los vagones del subterráneo, pidiendo con toda cortesía las botellas y latas vacías de bebidas refrescantes que permiten afrontar el tórrido verano. Por las calles circulan también algo así como los antiguos botelleros vernáculos, los que en una bicicleta con una pequeña caja posterior van haciendo sonar una campana budista por las calles, anunciando su presencia a los que quieren deshacerse de sus objetos. Hay vendedores ambulantes de todo tipo de artículos, que si bien obtienen así una magra subsistencia, creen sin embargo que ese es el camino para progresar en el comercio. En el lado opuesto, difícilmente se encuentre en alguna otra ciudad del mundo la constelación numérica de automóviles de alta gama que circulan por las calles de las grandes ciudades como Beijing y Shangai. El chino rico por el momento consume lo más caro, no necesariamente lo mejor. En estos días estalló el affaire Da Vinci, relacionado con una exclusiva mueblería que ofrecía muebles italianos de alto precio, que luego se comprobó eran fabricados en China con materiales de dudosa calidad.

Pese a lo contradictorias que puedan parecer estas observaciones, necesariamente superficiales debido a las fuentes en que se basan, nos encontramos en un momento único en la historia económica mundial, en el que la mayor economía libre del mundo y el mayor capitalismo de estado del mundo se encuentran ligados, y cuyo destino está atado conjuntamente. Así por ejemplo, frente a las turbulencias que se observan en Estados Unidos con respecto al monto de su deuda pública y a la discusión entre republicanos y demócratas sobre el tema, el China Daily del 20 de julio titulaba citando la opinión de analistas locales "China enfrenta un dilema con los bonos del Tesoro norteamericano. Beijing no debería dejar de comprarlos a pesar de los riesgos"

Y los riesgos que deben afrontar tanto los chinos como sus socios no son un tema menor: como informó días atrás a sus clientes el banco de origen chino Hong Kong and Shangai Bank Co. (HSBC) "China tiene el potencial de causar shocks globales al ser el primer o segundo socio comercial de 78 países (n. del e: entre ellos Argentina) que representan el 55% del producto bruto mundial.-





No hay comentarios: